El op art es una tendencia que nos lleva a pensar en la década de los sesenta. En ese momento, junto con los colores, eran furor los mini vestidos. Estos, especialmente con estampados icónicos fácilmente reconocibles. Se trataba de prendas armónicas que se han considerado como un lienzo perfecto para poder plasmar obras textiles inspiradas en el op art y, también, en el pop art. Una época considerada como revolucionaria, con grandes cambios sociales en el mundo, ha marcado, también, una tendencia tanto en el arte como en la moda, en la decoración de interiores y en el diseño en general.
¿Qué es el op art?
Pensar en el op art es pensar en la década de los 60. El op art es un estilo de arte abstracto que se basa, especialmente, en la composición pictórica. Este tuvo su principal origen en los Estados Unidos, durante aquella década. Se creaban obras estáticas creando ilusiones ópticas que dan lugar a una sensación de movimiento que, en realidad, no es tal. A lo que se invita a través de este estilo es a que los espectadores experimenten, que puedan sentir algo completamente diferente. Es un tipo de arte especial. Lo que se busca, en otros términos, es que los propios espectadores puedan ser modificadores de la obra, puedan tener incidencia sobre esta.
En otros términos, podemos decir que el op art se basa fundamentalmente en las figuras geométricas repetidas. Dentro de las figuras que se utilizan es posible encontrar rectángulos, cuadrados, círculos y distintos tipos de circunferencias en tramados. También se busca generar formas complejas. Este estilo ha ido apareciendo a lo largo de los sesenta en distintos ámbitos, desde el diseño de indumentaria hasta el tapizado de muebles y de distintos aspectos vinculados a la decoración de interiores.
Johnson y el op art
Una de las grandes expresiones del op art llegó de la mano de Betsey Johnson. Se trató de una de las diseñadoras que recurrió a este movimiento para poder buscar inspiración en sus desarrollos. Esto la llegó a diseñar tres vestidos, usando como base esa técnica, que han pasado a la historia y que, hoy, se consideran icónicos. Estos vestidos aparecieron en el año 1966. Lo que hacía Johnson era utilizar tonos apagados, especialmente algunos como el verde con marrón, el azul con beige, entre otras combinaciones.
Los vestidos diseñados por Johnson eran de punto. Se confeccionaban sin utilizar ninguna pinza a lo largo de las piezas. En este sentido, lo que hacían era formar una estructura en línea A, quedando por encima de las rodillas. Eran vestidos que contaban con mangas largas y una pequeña sisa en la zona del hombro, generando una impresión de alargamiento del torso. Lo que hacía el estampado geométrico que caracteriza al op art se basó especialmente en adoptar una matriz de tamaño medio que generaba una alusión directa a la modernidad.
Johnson no fue la única persona en utilizar esta técnica. Diseñadores de distintos sectores fueron aplicándola como un movimiento artístico en prendas y en diseño de interiores.